Cuatro meses han pasado ya desde que Andrián abandonó la nave cenicera debido a los cambios estructurales llevados a cabo en la empresa por la crisis. El madrileño no abandonado Cuenca y mucho menos Molinos de Papel, lugar en el que convive sin televisión, con bañitos diarios en el río Huécar y apenas 20 vecinos. Todavía le queda un año de paro y en la nueva vida del que fuera pilar básico junto a Manolillo en los comienzos de la nueva era técnica de CMT fluye la tranquilidad, el silencio y el aire que ha veces tanta falta hace.
3 comentarios:
No te tapes la barriga que se te ve que eres tu!
Que grande el adri!!!!!!
Que grande el adri!!!!!!
Publicar un comentario